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Foro Internacional en Oaxaca: Un llamado Urgente por la Defensa de Nuestras Semillas Nativas

El día de ayer, 29 de agosto, el Espacio Estatal en Defensa del Maíz Nativo de Oaxaca llevó a cabo el Foro Internacional “Nuestras Semillas Nativas y la Propiedad Intelectual”, un evento crucial donde se abordaron temas de suma relevancia, como la biopiratería y la apropiación de semillas por parte de corporaciones trasnacionales. Desde el inicio, marcado por las palabras del activista Aldo González Rojas, quedó claro el objetivo del foro: reflexionar sobre la pertenencia de las semillas, que son parte intrínseca de las comunidades indígenas, y denunciar la amenaza que representa la propiedad intelectual impuesta por intereses económicos ajenos a la realidad campesina.

“Hoy nuestras semillas están siendo utilizadas por las empresas trasnacionales, que no están pensando en la alimentación de las personas, sino en incrementar ganancias. Han inventado este concepto de propiedad intelectual, que no es más que la apropiación privada de nuestras semillas, las cuales son herencia de nuestros abuelos y padres, y forman parte de nosotros mismos”, afirmó Aldo González durante su discurso inaugural, subrayando la conexión profunda que existe entre las semillas y las generaciones que las ha preservado.

La primera mesa del foro, titulada “Experiencias Comunitarias Sobre el cuidado de las semillas”, reunió a diversos actores de la región que compartieron sus vivencias en la defensa de la soberanía alimentaria y el cuidado de los recursos naturales. Ricardo Velasco López, agricultor de Cerro Negro, Santa María Yolotepec, Tlaxiaco, narró cómo el maíz ha sido pilar fundamental en la vida de las familias campesinas, no solo como alimento, sino como elemento central en la cultura y la identidad de su comunidad.

Por su parte, Magdalena Balbina Avendaño Ruíz, reflexionó sobre la importancia de inculcar en las nuevas generaciones el valor de sembrar y consumir alimentos propios, destacó la importancia de volver a sembrar nuestras propias semillas y alimentos como una forma de resistencia y autonomía. Hizo un llamado a las nuevas generaciones a reconectar con la tierra.

En el mismo tenor, Eduardo León Santos, coordinador del programa juventudes por la Agroecología y la Justicia Climática, expresó que la juventud está más comprometida de lo que se cree con la defensa de las semillas como patrimonio cultural. “Cuidar de las semillas es cuidar nuestra alimentación por muchos años. Estamos rescatando conocimientos ancestrales que han sido vitales para la supervivencia de nuestras comunidades”, afirmó.

Juan Carlos Julián Morales, ciclista y biólogo social denunció los intentos de saqueo del conocimiento ancestral por parte de corporaciones y académicos extranjeros, citando un caso reciente de biopiratería relacionado con una variedad de maíz descubierta en una comunidad mixe. Alertó sobre la delgada línea entre el reconocimiento del conocimiento indígena y su apropiación indebida por parte de intereses económicos.

Las experiencias compartidas en esta primera mesa subrayaron la relevancia de mantener vivas las semillas a través de prácticas tradicionales y agroecológicas, que no solo preservan el conocimiento ancestral, sino que también contribuyen a enfrentar la crisis climática.

La jornada continuó con la segunda mesa, “Experiencias de comunidades Nativas Americanas” que contó con la participación de investigadores y representantes de diferentes naciones indígenas de Estados Unidos. Intervino Claudia Irene Calderón, investigadora de la Universidad Wisconsin; Dan Cornelius, investigador de la Nación Oneida; Elena Terry, Investigadora de la Nación Ho Chunk y Lizette Bailey, investigadora del Colegio Nación Menorninee, quienes compartieron las luchas de sus comunidades para proteger sus semillas y su cultura frente a las amenazas del capitalismo.

El evento concluyó con un pronunciamiento conjunto de los participantes en el que se exigió a los estados garantizar la participación de los pueblos indígenas en la toma de decisiones que afectan su soberanía alimentaria, sobre todo frente a tratados comerciales internacionales que privilegian los intereses de las corporaciones sobre los derechos de las comunidades.

Finalmente se hizo un enérgico llamado a los pueblos indígenas de México a no firmar convenios que promuevan la bioprospección y la biopiratería, a seguir sembrando y compartiendo sus semillas, y a continuar utilizando sus técnicas agroecológicas como una forma de resistencia ante el avance del capitalismo y el cambio climático. En un mundo donde la propiedad intelectual amenaza con despojar a los pueblos de sus recursos ancestrales, este foro se erige como un espacio de resistencia y un recordatorio de la importancia de proteger lo sagrado: nuestras semillas, nuestros saberes y nuestra tierra.